La frialdad de los números hablan por sí solos. Ya hice referencia a la gran cantidad de goles convertidos por el pincha a pesar de la escasez de delanteros; a su extraordinaria seguridad defensiva (les recuerdo que recibió 8 goles en 19 fechas) e incluso destaqué el gran nivel de algunos de sus futbolistas.
También he dicho que me hubiera gustado que el Apertura se definiera en una final entre los 2 mejores equipos del semestre. Para el espectáculo, o mejor dicho para el espectador neutral, un mano a mano entre Estudiantes y Vélez rozaba lo ideal. Pero entre sí ya jugar, de hecho me tocó presenciar el partido que disputaron hace poco tiempo en el José Amalfitani y me fui del estadio desilusionado y con un fuerte dolor de ojos. Pero no era un partido definitorio (o lo fue?). La cuestión es que Estudiantes de La Plata no aflojó, por lo que volvió estéril la embestida final de Vélez.
El conjunto de Alejandro Sabella tuvo la gran virtud de haber podido reciclarse, reinventarse. Arrancó el año con un plantel, y en Junio perdió a jugadores de jerarquía tal es el caso de Cristian Cellay, Marcos Angeleri, Clemente Rodríguez, Damián Albil, Mauro Boselli, José Sosa, Marcelo Carrusca. A cualquier mortal le costaría mucho tiempo reponerse a tamaña sangría. Pero quedó claro que Estudiantes fue la excepción a la regla. Gracias a una dirigencia con ideas claras, a un entrenador que hace docencia desde su lugar de trabajo, a jugadores que sienten amor por la institución y lo demuestran en la cancha, el Pincha se trepó a lo más alto. Además de suplir las bajas mencionadas, tuvo que ingeniárselas con un plantel relativamente corto para sustituir a los soldados que quedaban en el camino por lesión (y han sido muchos; el Chavo Desábato, Leandro González, Gabriel Peñalba, Rodrigo López...).
El conjunto platense le hizo honor a su apodo de León a lo largo del torneo, no practicó un fútbol vistoso pero sí efectivo, nadie le regaló nada, la tuvo que pelear. Construyó su fortaleza gracias al trabajo en equipo y la disciplina táctica (algo cada vez más importante en el fútbol mundial). Con un GRAN DT detrás de la línea de cal (Sabella) y con otro dentro del terreno de juego (Verón), siempre bien acompañado por maravillosos futbolistas sin tanta prensa como Enzo Pérez y Rodrigo Braña.
Si bien sufrió y se impacientó en varios pasajes del partido ante Arsenal, nunca quedó la duda instalada sobre el nivel del equipo. Siempre mereció mas que el conjunto ultra conservador de Gustavo Alfaro. Cuando las estrellas no aparecían, el equipo sacó la cara por ellos, y ahí emergieron las figuras de Leandro Benítez y el oriental Hernán Rodrigo López, autor de los 2 goles con los que los platenses se quedaron con el título.
Felicitaciones al pueblo pincharrata y mis respetos a un gran equipo como lo es el Fortín de Liniers. El campeonato argentino se jerarquizó gracias a ellos y los amantes del fútbol le estamos agradecidos.
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